La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente.

Al comienzo de su desarrollo, esta enfermedad generalmente no da síntomas. Suele aparecer más tarde, como consecuencia de los altos niveles de glucosa en sangre.

Los síntomas que se pueden presentar son:

  • Tener constantemente mucha hambre, incluso después de comer
  • Hormigueo en manos y pies
  • Cansancio
  • Infecciones recurrentes
  • Dificultad para concentrarse
  • Niveles alto de colesterol
  • Aumento de peso

Aplicar cambios en la dieta y estilo de vida es uno de los primeros pasos para abordar esta enfermedad. 

Algunas recomendaciones son:

  • Preven y trata el sobrepeso u obesidad.
  • Opta por una dieta baja en carbohidratos.
  • Incrementa el consumo de frutas y verduras frescas.
  • Escoge carnes magras (con bajo contenido de grasa).
  • Elimina los ultraprocesados de la alimentación.

Recuerda, para obtener resultados positivos, hay que lograr que la alimentación sea balanceada y llevar un estilo de vida saludable.